10 conceptos clave sobre el dolor

El simple hecho de conocer más sobre el dolor es terapéutico, sobre todo cuando llevas mucho tiempo sufriéndolo.

A menudo el dolor persistente se acompaña de incertidumbre, de cosas que no sabemos explicar. Cada profesional que visitas intenta aportarte su visión respecto a por qué te duele, y esto depende de su especialización o de las formaciones que haya hecho, de manera que acabas con 10 (si no más) versiones distintas de lo que te puede estar ocurriendo.

Lo cierto es que aunque aún hay cosas que desconocemos, el conocimiento respecto al dolor ha avanzado mucho en los últimos años. El objetivo de este post no es bombardearte con estos avances. Lo que sí creemos que es importante que sepas es que el simple hecho de aprender sobre tu dolor, sobre cómo funciona y sobre qué mecanismos te han llevado a la situación a la que estás, puede hacer que duela menos.

No es ninguna solución mágica, ni debes buscarla, sobre todo si llevas con dolor bastante tiempo. Pero conocer algo más sobre el dolor, cuando se acompaña de trabajo activo (ejercicio) es la mejor solución se conoce hoy en día para revertir las situaciones de dolor crónico.

Así que para empezar vamos a compartir contigo 10 conceptos clave sobre el dolor. ¡Allá vamos!

1. El dolor es normal, personal y siempre es real

El dolor es un mecanismo de protección tremendamente importante, que se da ante una amenaza percibida. Cuando el dolor persiste y sientes que está arruinando tu vida, es difícil imaginar que pueda servir para algo útil. Pero incluso en esas situaciones duele porque el cerebro, de alguna manera, ha llegado a la conclusión de forma totalmente inconsciente de que estás bajo amenaza o en peligro. La percepción de dolor siempre es real y personal.

2. Aprender sobre el dolor puede ayudar al individuo y a la sociedad

Aprender sobre el dolor en sí mismo es una terapia. Cuando entiendes por qué duele, duele menos. El dolor es algo que afecta a millones de personas, ¡no estás sol@!. Además, hay muchos investigadores y cada vez más clínicos buscando formas de ayudar.

3. El dolor y el daño en los tejidos tienen poca relación

El dolor es un indicador muy poco fiable de la presencia o la cantidad de daño en el tejido, sobre todo cuando ya llevas bastante tiempo sufriéndolo. Cualquiera de los dos puede existir sin el otro, es decir, podemos tener dolor y que no haya daño en el tejido o daño en el tejido sin que haya dolor.

4. Tenemos sensores de peligro o amenaza, no sensores de dolor

El dolor es una experiencia consciente originada a partir de muchas informaciones que llegan constantemente al cerebro. Parte de la información que puede llegar desde el tejido es información de peligro, y esta influirá (junto con otras informaciones) en nuestra percepción de dolor. Pero no tenemos receptores del dolor o vías del dolor.

5. El dolor es multifactorial y depende del contexto

El dolor puede estar influenciado por cosas que ves, escuchas, hueles, saboreas y tocas, cosas que dices, cosas que piensas y que crees, cosas que haces, sitios a los que vas, experiencias previas, situaciones de estrés, gente en tu vida y cosas que ocurren en tu cuerpo. Un corte en el dedo puede no tener la misma implicación para un guitarrista que tiene un concierto, que para un futbolista que tiene partido. Su dolor probablemente también será distinto.

6. El dolor depende del equilibrio entre seguridad y amenaza

Tendrás dolor cuando tu cerebro concluya que hay más evidencia creíble de peligro que de seguridad en relación a tu cuerpo, y por lo tanto crea que existe una necesidad de protección. En ocasiones el cerebro se puede volver “sobreprotector”, creyendo que existe peligro en casi cualquier situación aunque no deba ser así.

7. El dolor implica una actividad cerebral distribuida

No hay un único “centro del dolor” en el cerebro. El dolor es una experiencia consciente que necesariamente involucra muchas áreas cerebrales a lo largo del tiempo.

8. El dolor es uno de los muchos mecanismos de protección

Cuando el cuerpo está bajo amenaza, se pueden activar multiples sistemas de protección incluyendo el sistema inmune, endocrino, motor, autonómico, respiratorio, cognitivo, emocional y el dolor. Además del dolor, existen otros mecanismos de protección que provocan alteraciones en el control de la musculatura, como la sensación de rigidez o la debilidad muscular. Cualquiera de estos sistemas puede volverse sensible y “sobreprotector”.

9. Somos bioplásticos

A pesar de que cualquier sistema de protección como el dolor puede sensibilizarse y activarse cuando ya no es necesario, esta situación siempre es reversible. Las conexiones del cerebro son plásticas, es decir, están cambiando constantemente a lo largo de toda nuestra vida (fenómeno que se conoce como neuroplasticidad). Por eso, es biológicamente implausible sugerir que el dolor no puede cambiar.

10. Las estrategias de tratamiento activo promueven la recuperación

Una vez que entiendes el dolor, puedes empezar a hacer planes, explorar distintas formas de moverte, mejorar tu condición física, comer mejor, dormir mejor, volver a hacer deporte, eliminar amenazas y encontrar seguridades, y poco a poco y de forma progresiva ir haciendo cada vez más.

Esperamos que te haya sido útil. Si conoces a alguien que pueda ayudarle, compártelo, y si quieres saber más o necesitas ayuda no dudes en ponerte en contacto con nosotros. 🙂