«Soy powerlifter categoría master y talla menos de 70kg»
En el último campeonato de España no fui capaz de levantar 153 kg en press de banca cuando está lejos de mi mejor marca, ya que sentía una intensa molestia en el hombro derecho. Un amigo entrenador me recomendó a Dani y probé una sesión. Después de la evaluación y unos ejercicios de baja intensidad, mejoré mi flexibilidad durante la sesión y yo de eso tengo muy poco. Para el próximo campeonato tengo muchas expectativas porque estoy manejando un peso un 10% mayor sobre mi mejor marca y, en parte, es gracias a ti, Dani.
«Si hubiera conocido antes a Dani, no me habría operado»
En 2005 tuve un dolor muy fuerte en la espalda y cuando fui al traumatólogo me vio una hernia lumbar y decidió operarme. No solo me dolía más la espalda sino que se me empezó a dormir la pierna derecha. Mi médico especialista en dolor crónico me recomendó que contactara con Dani y, en pocas sesiones y gracias al trabajo que hicimos juntos, pude volver a disfrutar al 100% de mis nietos.
«En una sola sesión conseguí levantar el brazo»
Durante tres meses estuve visitando fisioterapeutas y médicos para que me curasen un síndrome subacromial en el hombro izquierdo. Todos los tratamientos se centraban en mi zona del dolor cuando levantaba el brazo, pero fue la última infiltración la única que me alivió lo suficiente como para conseguir moverlo un poco. Entonces me recomendaron que me pusiera en contacto con Dani. Después de la evaluzción, me mandó tres ejercicios para casa que fueron mágicos. Por fin he podido volver a jugar al pádel.
«Estaba desesperada con mi dolor de rodilla»
Como no me podía mover, cada año tenía más sobrepeso y eso era peor para mis rodillas. Sentía que todos mis músculos estaban atrofiados y me parecía que no eran míos. Poco a poco y con la ayuda de los sencillos ejercicios que fui haciendo con Dani, empecé a caminar, dando pequeños paseos, y con esa actividad inicié con más ánimo una dieta. Me he esforzado mucho pero me ha cambiado la vida.
«Llevaba 2 años haciendo pilates y me seguía molestando la espalda»
A todos los médicos y fisioterapeutas que pregunté qué ejercicio podía hacer para mi espalda, me contestaban que lo mejor era hacer pilates o natación, así que como no sé nadar bien, me decidí por el pilates. Lo hacía en grupos reducidos y en máquinas y, a pesar de que no hacía los ejercicios que me podían fastidiar, seguía molestándome la lumbar. En la primera sesión, Dani descubrió que tenía una gran debilidad en mi glúteo derecho, tumbada boca abajo era incapaz de levantar la pierna y sentía mucho dolor al intentarlo. Ahora sí estoy disfrutando del pilates, no siento dolor y hago una sesión a la semana con Dani por prevención.