“Hoy en día todo el mundo habla del mindfulness. Y es maravilloso, porque resulta obvio que nos falta y anhelamos un elemento esquivo pero necesario en nuestras vidas. Es posible que, en ocasiones, intuyamos que lo que en realidad nos falta es nosotros mismos: nuestra voluntad o capacidad para mostrarnos como realmente somos y vivir nuestra vida como si de verdad importase, en el único momento que tenemos, que es este, y que merecemos y somos capaces de vivir así. Se trata de una intuición muy valiente y de enorme importancia. Podría transformar el mundo. Sin duda, resulta profundamente transformadora para quienes la experimentan”.

El mindfulness trata sobre la observación sin crítica, de ser compasivo contigo/a mismo/a. Cuando la infelicidad o el estrés te sobrevuela, en lugar de tomarlo como algo personal, aprenderás a tratarlo como si fuesen nubes negras en el cielo y a observarlas con curiosidad sana a medida que pasan y se alejan. En esencia, conocerás las bases neurocientíficas del funcionamiento de tu cerebro. Atraparás tus patrones de pensamiento negativo antes de que te empujen hacia una espiral descendente. Comenzarás el proceso que te devolverá el control de tu vida.