Míriam, 31 años
«Llevaba 2 años haciendo pilates y me seguía molestando la espalda»
A todos los médicos y fisioterapeutas que pregunté qué ejercicio podía hacer para mi espalda, me contestaban que lo mejor era hacer pilates o natación, así que como no sé nadar bien, me decidí por el pilates. Lo hacía en grupos reducidos y en máquinas y, a pesar de que no hacía los ejercicios que me podían fastidiar, seguía molestándome la lumbar. En la primera sesión, Dani descubrió que tenía una gran debilidad en mi glúteo derecho, tumbada boca abajo era incapaz de levantar la pierna y sentía mucho dolor al intentarlo. Ahora sí estoy disfrutando del pilates, no siento dolor y hago una sesión a la semana con Dani por prevención.